El virus del Coronavirus sí mata, pero la incertidumbre, esa es la verdadera agonía ante la nueva pandemia llegada de Oriente.

Más allá del “detente”, tomar precauciones dicen es lo más sensato. La epidemia está entre nosotros y con ella la angustia colectiva de resultar contagiado.

En Mexicali el temor se siente ya en el ambiente, pero con nuestros vecinos de El Centro, California, ellos están al borde de la paranoia.

Anaqueles vacíos, ya no, sólamente del papel sanitario y toallas desinfectantes cuyos memes le han puesto el tono jocoso al evento médico e informativo que marcará el 20 20. En Estados Unidos el miedo es mucho mayor.

Tiendas como Marshalls y Ross estan ya cerradas al público al igual que restaurantes los cuales atienden ya sólo a automovilistas. En la ciudad se respira desolación, la gente está encerrada en casa.

Una abuela, empleada del Mercado Cardenas, acompañada por sus dos nietas le platica a otra señora que acude al Kentuky Fried Chicken, el único restaurante, que hasta la noche del pasado martes mamtenía abierto al público para comer en el establecimiento:

Nos dijeron que es probable que cierren dos semanas el mercado y que puede ser más tiempo.

“Me surtí de comida para un mes, tengo lleno el congelador aunque tuve que encharcarme con la tarjeta” le platica mientras sus nietas juguetean com sus manos con la mesa.

En WalMart, Target y Cotsco la desolación va más allá del público, los anaqueles están ya vacios. Los refrigeradores donde se exhibe pollo, carne, embutidos, lácteos, jugos, pasando por agua embotellada y hasta gelatinas, están desiertos, los exhibidores del jamón, bolonia y chorizo no quedan más que los nombres y el precio, peor aún, los empleados aceptan que ni los jefes saben de fecha resurtir el producto.

Los letreros de “un artículo por cliente” están de más…

En el hospital regional donde un matrimonio fueron los primeros diagnosticados con Coronavirus, la esposa permanece internada.

“Yo los conozco, él ya salió pero ella sigue malita”, asegura la otra comensal, maestra de escuela, a la abuela que ya de plano se enfrascan en la charla donde el Coronavirus es el personaje.central.

“Dicen que Trump quiere cerrar la.frontera, ya le dije a mi hija que vive en Mexicali que se venga con nosotros porque si no, hasta el trabajo va a perder si no la dejan pasar”.

El Coronavirus está aquí. Más de uno toma sus precauciones, unos con higiene y otros con la confianza en detener a la nueva pandemia esperanzados con la mano de Dios y una estampita religiosa…

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