No tengo una revelación especial de la voluntad de Dios.
Lo que si creo firmemente es que Dios se revela a diario a todos los seres humanos,
aunque cerremos nuestros oídos a su silenciosa y suave voz.
Cerramos nuestros ojos para no ver la Columna de Fuego
que está delante de nosotros. Ahora bien, yo experimento Su omnipresencia.

Mohandas Gandhi, Mi Dios. (Young India, 1921)

Coronavirus significa veneno en forma de corona. Ya casi se cumple un año de la actual pandemia entre lágrimas y risas como diría el pensador chino norteamericano Ling Yu Tang.  Y ahora que sigue; encerrados a fuerzas y en otoño con la vuelta al semáforo en rojo, prácticamente con un sistema de salud pública devastado; y una especie de desobediencia civil en el mundo excéntrico que vivimos.

Creo que los que menos están sufriendo por la pandemia son quienes llevan una vida interior, espiritual, acostumbrados a la soledad, al silencio, a la lectura, a la reflexión, a actividades plenamente humanas.
Tampoco se la puede pasar uno encerrado en el verano por el calor o en el invierno por el frío. ¿ Y cómo será la Navidad y el Año Nuevo 2020-2021? Aprender a agradecer a Dios tener vida y qué comer. Qué más se puede agradecer.

Hemos vivido intensamente la vida más enfocados a lo material y a lo carnal que a lo trascendente o espiritual ; incluso lo intelectual y lo afectivo. La persona humana es corazón, inteligencia, alma, espíritu y cuerpo.
La pandemia quiere imponer algo antinatural como es el encuentro de la familia, las personas, los amigos, tomando café, una carne asada, unos tacos. Lo más duro es la falta de cercanía con los amigos, las personas, los seres humanos. Confinamiento significa encierro, incomunicación forzada, aislamiento. Temor angustia, ansiedad, vacío existencial.

La pandemia trae aparejadas enfermedades o patologías anímicas, afectivas, espirituales. Si entendiésemos siquiera el significado de las palabras como angustia del latín angosto, virus que significa veneno. Comunicación no digital sino presencial, personal, con los amigos, con personas de carne y hueso y corazón. Tener conciencia de la brevedad de la vida (Séneca), o el Temor y Temblor (Kierkegaard), La existencia como caridad con los demás. Ahora es cuando más nos necesitan los que están tristes, abandonados, sin recursos espirituales o existenciales; los rostros de Cristo en los hambrientos, sin trabajo, los migrantes. Ahora es cuando hay que tenderle la mano a los que están tristes; una llamada, un saludo aunque sea virtual. Ahora que las llamadas no son tan caras nacional o internacionalmente.

Como resalta Albert Camus en La Peste (Pandemia), lo mejor de todo esto es aprender. Con y de los demás, de otras personas. Al inicio de la pandemia todo casi era ajeno; pero tras las mortificaciones y privaciones como el confinamiento antinatural que vivimos; el corazón se va sensibilizando por los muertos y enfermos de la familia, de los vecinos; de la tragedia del Sector Salud al menos en México; la verdad sea dicha es que a las personas, a muchísimas personas las están prácticamente matando o dejando morir para agregarlas sin atención médica, para incluirlas en la estadística de morbilidad o mortandad. El Sector está devastado. Los beneficiarios de la pandemia son los hospitales privados por su eficacia y diligencia; por la calidad de sus servicios. Nada es gratuito, pero el saqueo de los recursos, la corrupción anquilosada en todos o casi todos las instituciones de salud de México, ha convertido ante la simulación del Gobierno en meras extensiones funerarias a clínicas, hospitales y centros de salud pública.

Lo más necesario a la hora presente no es sólo las defensas del cuerpo es decir el aspecto inmunológico del latín defensas (inmuno); la persona es cuerpo y mente. Necesia un sentido en su vida, pero puede incluir un supersentido; la Fe: Judía, Cristiana, Musulmana. Las principales.

La pandemia actual puede hacernos caer como los suicidad que se revientan en placeres los fines de semana de viernes a domingo; y luego no digerir la insoportable levedad de la vida, y recurrir o cobardemente buscar como es célebre en California el Blue Monday. Puro jale de lunes a viernes, y puro happy con drogas o alcohól, o ambos durante el fin de semana; y el triste lunes mejor renunciar al callejor sin salida del vacío existencial; por no tener opsciones fundamentales , es decir razones para vivir, para existir.

La persona humana es un ser de afectos –corazón; de inteligencia; de alma y espíritu; y un ser corporeo material carnal.

La armonía de la vida no está de un solo lado.

Lo más importante es ciertamente lo trascendente lo espiritual, no lo único si lo más importante. Con toda gratitud escribo estas líneas porque un amigo me ha pedido que lo haga, el buen amigo Exhaltación González, periodista radiofónico de la 940 de AM. , en Mexicali; para su programa Hablemos del Campo.

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