Estuvo a punto de suceder una tragedia. Luis Alberto quiso evitar su arresto encañonando con un arma de fuego a los hijos de su ex pareja, luego de golpearla a ella y parapetarse dentro de una casa ajena ubicada en la zona centro de la ciudad.
Fueron momentos dramáticos que la Policía Municipal resolvió con la detención de este sujeto, luego de poner a buen resguardo a los tres menores.
A las 11:35 horas se reportó al teléfono de emergencia 911 que por la avenida Grecia y calzada Luis Echeverría, de la colonia Nacionalista, un hombre armado se había metido a una casa ajena con tres niños a quienes tenía amenazados para conseguir no ser detenido.
El sujeto de 30 años de edad, le acababa de propinar una golpiza a su ex pareja sentimental, una mujer de 22 años, a quien le ocasionó heridas en el rostro y diferentes partes del cuerpo. Esto sucedió en la calle James W. Stone, a la altura de la calle A, de la segunda sección de Mexicali.
Cuando vio que la víctima de esta agresión lo iba a denunciar ante las autoridades vía telefónica, decidió tomar a sus hijos, una niña de 5 años y dos niños de 3 y 9, respectivamente, para escapar con ellos, hasta llegar a la colonia Nacionalista, al poniente de la ciudad, donde por la fuerza se metió a una vivienda que se encontraba habitada por un hombre de 71 años, quien reportó a la Policía lo que estaba sucediendo.
Agentes de la corporación preventiva llegaron en instantes al lugar señalado y rodearon a Luis Alberto, quien dijo tener su arma, un revólver calibre .22, dirigida a la cabeza de los tres niños.
Los municipales ya le seguían la huella a este sujeto luego del reporte de la violencia familiar y de unos daños que ocasionó el ahora preso a un taxi el cual abordó luego de la agresión, para escapar con los niños.
Los agentes, que ya se encontraban pertrechados y listos para una intervención, comenzaron a gritarle al sujeto armado para ordenarle que desistiera de su actitud y se entregara.
Después de varios minutos, el sujeto aceptó entregarse, así como dar el arma que traía a los uniformados y dejar libres a los niños que tenía como rehenes.
Después de leerle sus derechos, los policías trasladaron al detenido a sus instalaciones, no sin antes confirmar que los tres niños no presentaban ninguna lesión en sus cuerpos.
