A tres años de haberse revelado los supuestos abusos cometidos por el encargado de un negocio de raspados ubicado en el fraccionamiento Jardines del Valle, el acusado de estos hechos sigue prófugo de la justicia. Las autoridades locales siguen tras su pista.
Se trata de Alberto “N”, quien a la fecha es buscado por la Fiscalía General del Estado por los delitos de abuso sexual y corrupción de menores. Aunque la autoridad está impedida por dar detalles de sus indagaciones, activistas de los derechos de la mujer, como Nahomi Ponce, tienen documentados ocho casos.
“Estamos seguros que son muchos más los casos, pero aunque fuera uno solo, debemos de exigir como sociedad que se haga justicia en este tipo de denuncias”, señala la joven feminista.
Alberto, propietario de la raspadería CiruelaPasa, fue denunciado públicamente por diversas clientas y sus familias, luego de que ex empleadas reportaran que las acosó y tuvo acciones impropias con ellas, mientras ahí laboraban.
El lugar era muy frecuentado por familias, pero sobre todo por jóvenes residentes de zonas cercanas y estudiantes.
Las denuncias crecieron después entre clientas de entre 16 y 22 años de edad, quienes comenzaron a referir que cuando acudían a ese local ubicado en el céntrico fraccionamiento, eran acosadas por este hombre.
Finalmente tras presentar las correspondientes denuncias por violación, abuso sexual y corrupción de menores, solamente las últimas dos avanzaron, solicitando, en su momento, la orden de aprehensión correspondiente para la captura de esta persona.
Las investigaciones más recientes sobre este caso señalan que Alberto “N” huyó a Estados Unidos, donde se oculta con otra identidad, por lo que se trabaja actualmente con las agencias estadounidenses para dar con su paradero.
A tres años, la herida sigue abierta
El caso que parecía archivado, al menos para la opinión pública, fue revivido este fin de semana en redes sociales, debido a que víctimas de esta persona y activistas locales, se enteraron que familiares del ahora prófugo de la justicia, abrieron de nuevo el negocio, pero con otra denominación.
Hace tres años, a fines de junio del 2017, el entonces subprocurador de Justicia zona Mexicali, Fernando Ramírez Amador, sostuvo que este tipo de conductas no iban a quedar impunes y que, de ser comprobados los hechos, el asunto será turnado. Sin embargo, antes de que el imputado fuera citado, éste escapó de Mexicali.
Fuentes de la Fiscalía -antes Procuraduría) estatal, han revelado que este ha sido uno de los casos que se reactivó al inicio de esta administración, precisamente porque no será la impunidad el sello de esta gestión.
Las más recientes pesquisas para dar con el paradero de Alberto “N”, lo han ubicado en San Diego, por lo que se ha establecido la comunicación correspondiente con las autoridades californianas, para dar con su ubicación.
“Exigimos que el caso no se olvide y que no se borre de la memoria de los mexicalenses y mucho menos de las autoridades, y que se actúe como si nada hubiera pasado”, menciona Nahomi Ponce.
Lamentó que los nuevos propietarios de este lugar, en lugar de manifestar su empatía con las afectaciones que ocasionó el anterior, reaccionen reaccionado con enojo ante las personas que les han pedido solidarizarse con las terribles experiencias por las que pasaron decenas de jovencitas mexicalenses que acudían a este local. “Lo que buscamos es evitar que se actúe como si esos casos nunca hubieran existido”.