Eduardo Navarro González

Casi fuera de la agenda pública en Mexicali tenemos los añejos problemas de los baches e inundaciones aun cuando hay en este escenario arduo trabajo encabezado por la joven presidenta Marina del Pilar Ávila Olmeda y su equipo de colaboradores que, desde que entraron al quehacer público, han demostrado eficiencia y voluntad pero…no es suficiente.

…Y no lo es porque Marina, como es del dominio público, se despliega con un presupuesto muy ajustado frente a un montón de problemáticas y necesidades en la capital bajacaliforniana que, sinceramente, le acota sensiblemente su capacidad de maniobra.

Ante esta realidad pero con organismos no gubernamentales que le apoyan en tareas que conducen a eficientar el servicio público y la solidaridad de autoridades estatales y federales, es momento de que la alcaldesa tome decisiones capitales para que todos y cada uno de los ciudadanos cumplan con sus responsabilidades sociales y, sobretodo, las leyes, reglamentos y normas que rigen nuestra vida comunitaria.

Por ejemplo, si los baches e inundaciones son macro problemas que no se podrán resolver a fondo y en forma sino con la disponibilidad de bastantes miles de millones de pesos, es preciso restringir ya y de una buena vez el tránsito de automotores “pesados” en pavimentos frágiles por ejemplo, en la primera calle atrás de la Bimbo (Valle de los Ángeles), que es utilizada diariamente por automotores de carga para “agarrar” el bulevar Venustiano Carranza y casos como este hay muchos…

También tenemos al transporte público cuyas aportaciones para mantenimiento de vialidades es evidentemente insuficiente y por ello necesario revisar que contribuyan con equidad y de acuerdo a la utilidad que les dejan las concesiones, más cuando está bajando el precio de la gasolina.

No menos importante está el problema de los habitantes sucios, los que tiran basura en cualquier punto, más en terrenos baldíos cuyos propietarios no son multados y llevados los predios hasta su remate por no cumplir normas para evitar que se conviertan en focos de contaminación

Y ni qué decir de decenas de miles de conductores, talleres, tiendas, negocios, etc., que con impunidad total bloquean el paso de peatones obligándolos a caminar por donde pasan los autos y camiones. Nomás en éste caso, si se comenzara a sancionar, fácilmente se podría cubrir el presupuesto para un mantenimiento mínimo e idóneo de nuestras vialidades.

Ya basta entonces de tanta falta descarada de los ciudadanos…

Si falta presupuesto para tener una mejor ciudad, la presidenta Marina, su equipo y el Cabildo tienen una disyuntiva: ¿entrarle a multar y cambiar a irresponsables mexicalenses (en ciudad y su valle)?, o de plano conducirse por rutas menos riesgosas en su quehacer público pero con resultados quizá menos efectivos para darle a la ciudad y sus habitantes una mejor calidad de vida.

Y todo esto tiene que ver no solo con su perfil como máxima autoridad municipal sino también en la forma como comunica a sus gobernados lo que hace o deja de hacer y por lo pronto, parece que cuenta con la mayoría. ¿O no?

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